La nuez moscada es una especia generalmente utilizada en recetas muy concretas de nuestra cocina, posiblemente una de las más populares sea la salsa bechamel. La nuez moscada es el fruto del árbol tropical Myristica fragrans, aunque hay más especies de la familia de las Myristicaceae, es originaria de las Molucas (Indonesia), archipiélago conocido como Islas de las Especias.
La nuez moscada fue en su tiempo una de las especias más valoradas, su comercio estuvo monopolizado por los portugueses antes del siglo XIX, hasta que se plantó en otras zonas con éxito, véase El Caribe, Malasia, La India… y se empezó a valorar en la gastronomía europea en la Edad Media.
El árbol de la nuez moscada no sólo nos da este fruto para aromatizar platos en la cocina, su cáscara, el macis, es también muy apreciado por sus similares características, aunque su sabor y aroma es más suave. También se extraen aceites esenciales y su uso se amplía a la medicina natural.
La nuez moscada es una semilla con forma ovalada, compuesta por un tejido veteado y duro que contiene almidón, grasas, taninos… Al recolectarla, una vez caída del árbol, hay que dejarla secar durante un mes aproximadamente, hasta que la cáscara de la semilla (entre el macis y la nuez) cruje y se rompe fácilmente.
Como comentábamos, es una especia muy habitual en las cocinas de todo el mundo, pero cabe destacar que aunque nos faciliten su compra en polvo, es preferible adquirir las piezas enteras de nuez moscada, un simple rallador nos permitirá aromatizar nuestros platos al instante aprovechando mucho mejor sus cualidades.
Son muchos los platos que agradecen ser condimentados con nuez moscada, desde la mencionada bechamel hasta la repostería. Forma parte de mezclas de especias como el Garam Masala o el Curry, de salmueras, embutidos, ponches y en general, en recetas de verduras, sopas, carnes, pescados, pan y recetas de salsas con base láctea.
Lo ideal es que no adquiera excesiva temperatura en la cocción, por eso, según la receta que estemos elaborando, la nuez moscada se ralla sobre la elaboración casi al final para que libere sus aceites esenciales, su aroma y sabor. En caso de darle una cocción prolongada o excesivo calor, su sabor puede resultar desagradable.
Como habréis escuchado en alguna ocasión, la nuez moscada se considera afrodisíaca, además es una especia que se consume con moderación porque tiene componentes a los que les otorgan la provocación de alucinaciones, como la miristicina y la elemicina, además de contener safrol (como la albahaca, la pimienta o la canela) en su aceite esencial, que contiene metabolitos carcinogénicos, aunque no hay pruebas de sus efectos en humanos. No obstante, no se recomienda su consumo a los bebés ni durante el embarazo.
Por otro lado, además de enriquecer nuestros platos con un sabor y aroma muy particular, y que podríamos definir como algo cítrico y floral, con toques de resina o pino y astringente, se considera una especia digestiva, utilizada en la medicina natural para apaciguar algunos problemas del hígado o del sistema digestivo.
La conservación de la nuez moscada, como la mayoría de especias, será adecuada si se realiza en un lugar preservado de la luz, seco y en un tarro bien cerrado.