Algunos investigadores recomiendan realizar una nueva revolución verde transgénica como la mejor opción para satisfacer las necesidades alimentarias de la población mundial y luchar con más efectividad contra el cambio climático. Esta es la recomendación que ha realizado John Beddington, profesor de biología aplicada y gestión de recursos renovables, y uno de los principales asesores científicos del Gobierno del Reino Unido.
Recordemos que la Revolución verde es el nombre que se otorgó al gran incremento productivo agrícola en la década de los 60. La selección genética, los monocultivos, la utilización masiva de todo tipo de productos como los pesticidas, los herbicidas, o los fertilizantes, permitió un incremento importante de algunas producciones agrícolas. En esta revolución verde también se destacaba su importancia para luchar contra el hambre y la desnutrición de los países en vías de desarrollo.
Por supuesto, no todo fueron datos positivos, aparecieron problemas derivados del almacenaje, un ejemplo sería el incremento de las aflatoxinas en determinados alimentos, aparecieron nuevas plagas atacaban los cultivos, precios elevados de las variedades de semillas seleccionadas genéticamente o la dependencia de la tecnología utilizada para poder cultivar y producir más, la desaparición de variedades alimentarias de gran calidad debido a que no resultaban rentables a la industria, etc. Fue una revolución verde muy criticada desde el punto de vista económico o ecológico, recordemos como ejemplo interesante el post Slow Food, recuperar alimentos, o el post Alimentos y fertilizantes para conocer con más detalles algunas de las consecuencias de la Revolución verde.
La Revolución verde se mantuvo durante unos 30 años, lo cierto es que se duplicaron las producciones, pero el precio que se pagó fue elevado, más contaminación, alimentos menos saludables, reducción drástica de la variedad alimentaria, etc. Ahora, John Beddington propone una nueva revolución verde transgénica (aunque ésta ya ha empezado hace algunos años), a través de la publicación digital The Guardian podemos conocer los planes propuestos por el asesor en un discurso realizado ante agricultores y expertos de la industria agroalimentaria.
El experto aboga por el desarrollo de la biotecnología, la nanotecnología, la ingeniería genética y nuevas técnicas que permitirán garantizar la seguridad alimentaria, asegura que no se puede confiar en los actuales sistemas productivos, dado que cada año se reduce la productividad. Asegura también que será el único modo de garantizar la alimentación para 3.000 millones de personas, cifra que se calcula se sumará a la población actual en unos 30 años. Según John Beddington, el Gobierno británico ha querido, desde hace algunos años, dar vía libre a los alimentos transgénicos, pero ante las fuertes campañas ecologistas y las reticencias de la población, se ha mostrado también reticente a reabrir un debate que el experto cree necesario con urgencia.
Como si se tratase de la única salida posible, el profesor de biología aboga por la nueva revolución verde transgénica, sin embargo, algunos especialistas ya han contestado al profesor, Martin Wolfe, director del Centro de Investigación Orgánica (Organic Research Centre), manifiesta que hay muchas preguntas sin respuesta con respecto a los alimentos transgénicos y propone como alternativa más viable y saludable, la investigación y el desarrollo de la agricultura ecológica. Recordemos que el riesgo de los alimentos transgénicos son los efectos impredecibles y desconocidos que pueden encerrar, quedan muchas incógnitas por despejar, estudios a largo plazo y pruebas que determinen su seguridad.
Cada vez aparecen más estudios científicos que muestran riesgos con este tipo de alimentos, de ello hablábamos en el post Más pruebas sobre el peligro de los alimentos transgénicos, o en Los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad. Algunas organizaciones ecologistas como Amigos de la Tierra manifiestan que se ha de acabar esa obsesión con los alimentos transgénicos y que no se han ofrecido estudios que muestren un incremento real de la productividad con los alimentos modificados genéticamente, en realidad los alimentos transgénicos no son tan productivos como los pintan. Un estudio realizado en el año 2007 por un grupo internacional de 400 investigadore y sufragado por la ONU, concluía que los alimentos transgénicos tenían una capacidad limitada para combatir el hambre mundial.
Los asesores científicos del Reino Unido apuestan por la nueva revolución verde transgénica, cambio climático y hambre mundial son los argumentos… el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la revolución verde.
Vía | Finanzas