En el pasado mes de agosto indicábamos que China podría aprobar el arroz transgénico, hoy hemos conocido que finalmente China ha aprobado el maíz transgénico obteniendo el beneplácito del Ministerio de Agricultura chino. Este país ha realizado un profundo y radical cambio en lo que respecta a los alimentos transgénicos, ha pasado de comercializarlos en la década de los 90, a condenarlos enérgicamente en el año 2.000 como consecuencia de las dudas y denuncias generadas en la comunidad internacional.
Finalmente un nuevo cambio de política que parece estar sujeto a que el país no quede descolgado de la carrera biotecnológica y de la competitividad económica en este sector, ha dado lugar a la aprobación del maíz transgénico en China, el arroz transgénico será posiblemente el siguiente producto aprobado.
La empresa biotecnología Origin Agritech Limited posee el certificado que le permite producir y comercializar el primer maiz transgénico del país destinado a la alimentación animal. Se trata de un maíz que incorpora en su patrón genético un gen que codifica la fitasa, una enzima que moviliza las reservas de fosforo para que puedan ser absorbidas por el organismo. El 60% del fósforo contenido en los granos de maíz se presenta como acido fítico, un ácido orgánico presente en los vegetales que también se denomina inositol. Este elemento no es digerido por los animales monogástricos, aves, conejos, caballos… el ser humano también es monogástrico y tampoco puede digerirlo pudiendo interferir en la absorción de minerales como el calcio o el hierro.
Sin embargo el ácido fítico tiene un lado positivo ya que interferiría en la absorción de metales pesados, algunos de ellos peligrosos como el cadmio, metal pesado que en exceso puede provocar diferentes problemas como el dolor de estómago, daño al sistema autoinmune, desarrollo de cáncer y daño al sistema nervioso central. Cabe destacar que hasta ahora el ácido fítico se ha considerado una sustancia negativa aunque se ha descubierto que posee efectos antioxidantes.
Hasta la fecha en la alimentación animal la enzima fitasa se utilizaba como aditivo en los piensos animales con el propósito de que pudieran absorber el ácido en cuestión, siendo además obligatoria la adicción de fitasa en muchos países por las razones citadas y porque el fósforo que no se digería se desechaba por las heces incrementando la contaminación medioambiental.
El nuevo maíz transgénico aprobado en China evitará la adicción de fitasa en los piensos animales y supondrá una reducción del gasto anual de fitasa de origen microbiano añadida a los piensos. Además indican que se reducirán los suplementos de fósforo inorgánico, elemento que utilizan las células para el almacenamiento y transporte de energía.
Aunque estamos destacando el maíz transgénico con fitasa, hay que tener en cuenta que la empresa Origin Agritech Limited está desarrollando una gran variedad de productos transgénicos, arroz, maíz, canola, etc. Con respecto al maíz, hasta la fecha se han presentado 68 variedades transgénicas distintas, híbridos con características específicas que el gobierno chino supervisa. Posiblemente China se convertirá en uno de los países con mayor producción y variedad transgénica, demasiada prisa por alcanzar un puesto de relevancia en este mercado puede resultar contraproducente, recordemos el riesgo de los alimentos transgénicos y los efectos impredecibles y desconocidos que pueden encerrar tanto en la alimentación animal como en la humana.
¿No sería más interesante utilizar el genoma del maíz B73 y realizar las modificaciones en el propio material genético evitando la combinación con otras especies? Recordemos que este descubrimiento permitirá desarrollar nuevas variedades de maíz específicas, capaces de soportar la sequía extrema, la alta salinidad, resistir las distintas enfermedades que afectan al maíz, mejorar sus cualidades nutricionales u organolépticas. China ha tomado parte en una carrera que quizá sea muy peligrosa y termine con consecuencias trágicas para la alimentación.
Vía | Agrodigital
Foto | Normanack