Nestlé no garantiza la ausencia de transgénicos en sus productos, al menos no como quiere la organización ecologista Greenpeace. En varias ocasiones esta organización ha solicitado a Nestlé información que respalde lo que la marca declara en su página web, “Para Nestlé, el respeto a las preferencias de los consumidores, garantizando siempre la calidad y seguridad de sus productos, es un objetivo prioritario que marca todas sus actuaciones. Partiendo de esta premisa, Nestlé España no utiliza materias primas genéticamente modificadas y si en algún momento las utilizase lo indicaría en el etiquetado de sus productos, en cumplimiento de la legislación vigente en Europa. Nestlé apuesta por la transparencia, está abierta al diálogo con sus consumidores y se compromete a facilitarles información al respecto a través de todos los canales disponibles.”
Evidentemente la negativa al control de Greenpeace hace pensar lo contrario, muestra opacidad en lugar de transparencia. Nestlé no garantiza la ausencia de transgénicos según Greenpeace y así se muestra en la actualización de la Guía Roja y Verde de los Alimentos Transgénicos, sea en alimentación infantil, alimentos preparados, bebidas o cereales para el desayuno, son varios los productos se encuentran en el apartado rojo de la guía.
Nestlé asegura que si utilizase materias primas transgénicas, cumpliría a raja tabla la legislación europea e informaría a través de las etiquetas de los productos sobre la presencia de transgénicos. Claro, que según la legislación europea, no existe obligación de informar a los consumidores cuando un producto alimenticio no contiene más de un 0,9% de materia prima transgénica.
La propia compañía indica “Nestlé apuesta por la transparencia, está abierta al diálogo con sus consumidores y se compromete a facilitarles información al respecto a través de todos los canales disponibles” algo que contrasta claramente con la realidad. Si no hay nada que ocultar, ¿por qué no proporcionar la información a la organización ecologista?. En este momento es interesante recordar el post Nestlé pide que se suavice la legislación sobre alimentos transgénicos, en él podíamos conocer que la compañía apuesta por la utilización de este tipo de alimentos para poder reducir costes de producción y ofrecer productos a mejores precios. Nestlé afirmaba que los organismos modificados genéticamente son seguros e incluso más que los alimentos ecológicos o biológicos, son declaraciones que de nuevo ponen en tela de juicio lo que podemos leer en la web de la empresa.
Se puede cuestionar a Nestlé o cualquier empresa que se niegue a facilitar información sobre sus materias primas, pero a quien realmente hay que cuestionar es a la Comisión Europea y su legislación sobre transgénicos, ¿por qué no se puede mencionar el contenido transgénico de un 0,9%, un 0,6% o un 0,1% en las etiquetas alimentarias?, ¿no tenemos los consumidores derecho a conocer exactamente la composición de los alimentos que adquirimos? Quizá consideren que se trata de un valor muy pequeño como para ser incluido en las etiquetas, pero para quien no quiere tener nada que ver con los alimentos transgénicos, incluso un 0,01% es un valor elevado.
Presionar a la Comisión Europea se hace una tarea obligada, la legislación actual no salvaguarda los deseos e intereses de los consumidores.
Vía | Econoticias
Foto | Rahego