El crosne (Stachys affinis), también conocido como alcachofa china o alcachofa betónica, es un pequeño tubérculo originario de Asia perteneciente a la familia de las Lamináceas, como la menta. Surge de una planta herbácea perenne que crece en zonas húmedas cultivadas para la obtención de este tubérculo.
Cuentan que este tubérculo debe el nombre de crosne al municipio francés, donde fue introducido a finales del siglo XIX, después se fue extendiendo su consumo y su cultivo encontrándose ya en varios países de Europa, aunque esta planta está extendida en todos los continentes.
Los crosnes son actualmente uno de los ingredientes utilizados en la alta cocina, en los restaurantes y en los congresos a los que acudimos, son varios los chefs los que nos muestran sus platos en los que incluyen este tubérculo para aportar un contraste crujiente además de su sabor dulzón y refrescante. A veces recuerda a la alcachofa de Jerusalén o tupinambo con un toque a nuez.
Aunque la mejor temporada del crosne se encuentra entre noviembre y marzo, actualmente lo podemos encontrar todo el año. Como podéis apreciar en las imágenes, tiene una forma muy particular, y al adquirirlos debemos comprobar que conserve su color blanco crema, que está firme y suave al tacto.
Sobre cómo consumir el crosne, pues de tantas formas como nos gusta consumir otros tubérculos, generalmente cocidos, pero hay que cocinarlos poquito para que conserven su textura crujiente. Los crosnes salteados con mantequilla o aceite de oliva están muy ricos y son ideales para acompañar cualquier otro alimento, con ensaladas, carnes, pescados, guisos de legumbres, sopas, purés, etc.
El crosne es rico en carbohidratos, particularmente en estaquiosa (como la mayoría de las legumbres) un oligosacárido (que contiene varias unidades de azúcares) que provoca las flatulencias, ya que nuestro sistema digestivo no posee las enzimas digestivas que los descompongan en azúcares simples. Por este motivo no conviene comer mucha cantidad. Además de no contener grasas, el crosne nos proporciona minerales y proteínas, y aporta 75 kcal. por cada 100 gramos.
Todavía no es fácil encontrar crosnes en muchos comercios, más que en los especializados y los gourmet. Pero llegará, lo que nuestros grandes cocineros nos enseñan, a muchos nos gusta llevárnoslo a casa para cocinarlo, ¿verdad?
Foto 1 | @rgs