Se acaba de aprobar el cultivo experimental de las patatas transgénicas en Alemania, patatas desarrolladas por la compañía química BASF que se concibieron para lograr soportar el ataque del nematodo quístico, un minúsculo gusano de apenas un milímetro de longitud que ataca las raíces de las plantas de las patatas mermando el crecimiento de los tubérculos.
Ilse Aigner ministra alemana de Agricultura, considera que las patatas transgénicas Amflora no encierran ningún peligro para la salud medioambiental, ni tampoco para la salud de los seres humanos, caso contrario al maíz transgénico Mon 810 que prohibió cultivar hace unos días en suelo alemán.
Recordemos que las investigaciones que se realizaban en el Reino Unido sobre las patatas transgénicas Amflora, fueron objeto de sabotaje por parte de activistas anti transgénicos con el propósito de que no pudieran ser aprobadas en el Reino Unido.
En un principio BASF desarrolló esta variedad de patatas modificadas genéticamente para la producción de almidón para la industria, más tarde se decidió destinar a la alimentación animal y humana a pesar de las dudas planteadas por la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre los posibles riesgos en la alimentación humana.
Como en muchos de los productos transgénicos que se desarrollan, es la falta de estudios a largo plazo lo que cuestiona la inocuidad de este tipo de alimentos, aunque en el caso concreto de las patatas Amflora deberíamos añadir que este tipo de tubérculos contiene una carga genética resistente a los antibióticos, por tanto, incluirla en la alimentación humana podría desarrollar en nosotros una resistencia a los antibióticos, algo que no resultaría nada recomendable, de ello hablábamos en el post Utilizar antibióticos en la alimentación es una solución negativa.
Realmente nos ha sorprendido la decisión de la ministra alemana, una de cal y una de arena, aunque también hay que tener en cuenta que antes o después el maíz Mon 810 se cultivará también en Alemania, de eso ya se está encargando Monsanto.