Generalmente, cuando se habla de dietas para bajar de peso, en lo primero que se piensa es en disminuir las calorías de la comida, pero en la dieta también hay que controlar las calorías bebidas. Si sumamos todas las calorías de lo que bebemos a lo largo del día, posiblemente nos sorprenderemos con lo que aumenta el aporte energético y calórico. Controlando o reduciendo el consumo de ciertas bebidas, es posible bajar de peso o evitar aumentarlo.
No sólo se trata de los populares refrescos, tan relacionados con el sobrepeso y la obesidad, tomamos infusiones endulzadas con azúcar, cafés, leche, zumos, vino, cerveza… Prescindir en el desayuno de un bocadillo de jamón para después beber un zumo preparado no es la mejor opción, ello no ayudará a que la dieta de adelgazamiento sea más eficaz. Evidentemente en una dieta de adelgazamiento es necesario modificar la ingesta de calorías de lo que comemos, pero en la dieta también hay que controlar las calorías bebidas.
Investigadores de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health nos proporcionan mayor conocimiento de esta medida, la de reducir el consumo de calorías líquidas. Declaran que en dietas de adelgazamiento, la bebida puede ser incluso más importante que la comida.
El estudio prospectivo realizado en adultos con edades comprendidas entre los 25 y los 79 años, ha sido publicado en la American Journal of Clinical Nutrition. Benjamín Caballero, autor principal del estudio y profesor de la Escuela Bloomberg del Departamento de Salud Internacional, expresa que después de seis y dieciocho meses de seguimiento a los 810 adultos sometidos al estudio, estos son los resultados: la pérdida de peso es más significativa si se reduce el consumo de bebidas endulzadas con azúcar.
Los científicos dividieron las bebidas en seis grupos dependiendo de su composición y contenido calórico, bebidas endulzadas con azúcar (refrescos, zumos…), bebidas dietéticas (bebidas endulzadas con edulcorantes artificiales), leche, zumo natural de frutas y verduras, café y té con azúcar, café y té sin azúcar, y finalmente, bebidas alcohólicas.
Además de vincular el consumo de bebidas azucaradas con el aumento del sobrepeso y la obesidad en la población, declaran que el 37% de estas bebidas son la principal fuente de calorías líquidas. Esto no sólo afecta al peso, es también una puerta abierta para la diabetes tipo 2.
Las bebidas alcohólicas, como hemos visto, también fueron controladas, pero su repercusión en la pérdida de peso no fue tan significativa como con las bebidas endulzadas con azúcar.
A todo esto, imaginamos que estas comparativas en las bebidas ingeridas y su efecto en la reducción de peso serán equivalentes entre ellas, pues todos sabemos que las calorías que proporcionan las bebidas alcohólicas son muchas.
Pero es un buen tema destacar que para adelgazar, también hay que controlar las calorías bebidas, con respecto a las comidas, lo mejor es que sea un especialista el que marque las pautas dietéticas.
Foto | Michael Scheltgen
