Muchos ya conoceréis el origen de la Tarta Tatin, un postre clásico de la cocina francesa que ha seducido a cualquier que lo haya probado y que se elabora en restaurantes y en cocinas domésticas una y otra vez dada la sencillez de su ejecución y el excelente resultado que da.
El origen de la Tarta Tatin se encuentra en Francia, de la mano de las hermanas Stephanie y Caroline Tatin. A esta tarta se la conoce también como tarta invertida, ya que al contrario que el resto de tartas, la masa está en la parte superior a la hora de hornearla, y se le da la vuelta a la hora de servirla, estando aún caliente.
Se cree que las hermanas Tatin elaboraron esta tarta por accidente en el hotel que regentaban, el Hotel Tatin ubicado en Lamotte-Beuvron (Francia), allá por el año 1889. ‘Culpan’ de este goloso accidente a Stephanie, la hermana que se ocupaba de la cocina, unos dicen que porque se pasó cocinando las manzanas y las caramelizó, otros dicen que se equivocó al poner las manzanas en el molde antes que la masa y hay también quien argumenta que la Tarta Tatin se creó a conciencia, siendo las tartas invertidas las que se solían hacer cuando no había hornos en las cocinas.
Sea como fuere, la Tarta Tatin ha pasado a la historia, incluso se ha modernizado, aunque es una de esas recetas que resultan imposibles de mejorar, sólo se pueden variar. La Tarta Tatin original se elabora con manzanas, pero hoy en día encontramos esta tarta hecha con todo tipo de frutas, fresas, melocotones, peras, plátanos… incluso con vegetales y en creaciones saladas.
Otra cosa que varía en las recetas de Tarta Tatín es la masa, habitualmente se hace con pasta brisa, masa quebrada u hojaldre. A nosotros nos encanta con hojaldre y es la que haremos de nuevo hoy.
Con respecto a las manzanas, conviene que sean de una variedad fuerte para que no se deshagan después de caramelizarlas y hornearlas, puedes elegir entonces unas manzanas Reineta, unas Fuji… con la Golden sale muy rica la tarta, pero hay que tener cuidado de que no se hagan demasiado. El caramelo que endulza las manzanas se puede hacer con azúcar moreno o con azúcar blanquilla, y también puedes aromatizarlas con canela, limón o vainilla.
El recipiente ideal para hacer la tarta puede ser este molde para Tarta Tatin, resulta muy práctico y cómodo, pero no es imprescindible, puedes utilizar cualquier otro que puedas llevar al fuego y al horno, o hacer el caramelo y las manzanas en una sartén y después pasarlas al molde que irá al horno.
Y para servirla, puede ser caliente o fría, recién hecha es una delicia… aunque no es lo que indica la receta original, muchas veces se acompaña de helado de vainilla o de crème fraîche, pero para nosotros no hace falta añadirle nada a la Tarta Tatin.
Ya tenemos el horno calentando así que nos vamos a hacer la tarta, después os contamos cómo la hemos hecho. Y si lo deseas, también puedes compartir con nosotros tu receta de Tarta Tatin, por supuesto.
3 comentarios
Mi tarta favorita!! hace unos dias la puse en el blog en versión mini, asi que os la envío y compartimos elaboraciones.
Un beso
Y a mi que siempre me salen fatal 🙁 no doy con una buena presentación nunca! bueno…solo la he «practicado» dos veces, y las dos eran de risa, que penita!!
Carmen, muchas gracias por compartir tu receta, ya sabes que nos encantó tu versión individual.
Alicia, a la tercera va la vencida, pero de todas formas, que más da que resulte más o menos atractiva a la vista si después está deliciosa. Mira la receta que popularizó Elena Arzak, una tortilla de chocolate que hasta su padre, Juan Mari Arzak, decía que era feísima. La solución para poder servir ese postre en su restaurante fue llamarle «Tortilla fea de chocolate», los comensales estaban sobreaviso, un postre feo en presentación pero para chuparse los dedos. También podemos hacerlo nosotros en casa ¿no?
Muchos besos