Ayer se entregaron los Premios Euskadi de Gastronomía 2008 en la Escuela de Hostelería de Artxanda y entre otros galardones destacó Íñigo Lavado con el Premio Euskadi Mejor Restaurador por su labor en el restaurante que lleva su mismo nombre.
Otros galardonados fueron por la Academia Vasca de Gastronomía en este certamen han sido Perfecta Prol Rodríguez, como Mejor Directora de Sala en el restaurante Akelarre, la Editorial Txertoa como Mejor Publicación Gastronómica por el libro La cocina vasca, platos básicos para todo el año, de Juan José Lapitz, Carlos Herrera por la Mejor Labor Periodística, Confitería Tate (Markina) con el Premio Busca Isusi y el Premio Extraordinario para El txakoli, recibido por las tres Denominaciones de Origen vascas.
Íñigo Lavado se entusiasmó con el Premio Euskadi Mejor Restaurador, pues aunque su pasión es hacer disfrutar a la gente, siempre es de agradecer que se reconozca una labor hecha con cariño y profesionalidad. Y así lo dijo la consejera de Cultura del Gobierno vasco Miren Azkarate, “nos sentimos muy orgullosos de nuestra gastronomía, de nuestros cocineros, que tienen una gran trayectoria”. Íñigo Lavado está alcanzando la excelencia como cocinero, su restaurante lleva cuatro años de carrera imparable, está satisfecho y no es para menos, no sólo aprende, crea y cocina, además sabe darle la vuelta a la tortilla.
Esto viene al caso de su intervención en la Cumbre Internacional de Gastronomía Madrid Fusión 2009, donde su ponencia llevaba esta frase por título, podéis ver lo que compartió con nosotros en el congreso en el post Íñigo Lavado en Madrid Fusión.
Aunque Íñigo Lavado ha recibido anteriormente otros premios, este es el primero que le conceden como restaurador de su propia casa. Recordemos que también recibió recientemente dos soles de la Guía Repsol. En una entrevista publicada en Diario Vasco, el chef irunés muestra su satisfacción y explica que lo importante de los premios es que generan ilusión y motivan, vamos, es una buena dosis de energía para seguir avanzando por el buen camino.
Íñigo Lavado ya es un gran nombre en el mundo culinario, pasito a pasito lo ha cultivado, desde sus inicios en la escuela de Luis Irizar, pasando después por los fogones de Pedro Subijana, de Alain Ducasse, de Ferrán Adrià y colaborando con Martín Berasategui, entre otras cosas, ha recibido un merecido premio que seguramente se verá acompañado de muchos más. Felicidades a todos los galardonados.
Vía | Diario Vasco