A diferencia de lo que pueda parecer, el Risotto con jugo de lechazo es un plato fácil de hacer y muy económico, veréis… Después de disfrutar del lechazo asado el día de Navidad, teníamos dos bandejas con su jugo que desgrasamos, a continuación lo calentamos y añadimos un poco de buen vino tinto para hacer un desglasado. Después lo reducimos a fuego lento y obtenemos un jugo concentrado de lechazo para chuparse los dedos.
Podíamos haber hecho muchos platos con este jugo, pero finalmente nos hemos decidido por disfrutar de un Risotto con lechazo, bueno, al menos su jugo. Podéis hacer vuestro risotto con el jugo concentrado de asado que tengáis, el arroz es muy agradecido y absorberá todo el aroma y sabor para deleitar a los paladares más exquisitos.
Ingredientes (4 comensales)
- 360 gramos de arroz arborio o carnaroli (en su defecto, utiliza un arroz de grano redondo)
- ½ puerro
- 2 ajos tiernos
- 150 gramos de champiñones
- 200 mililitros de vino blanco seco
- 180 mililitros de jugo de lechazo
- 600 mililitros de agua
- 80 gramos de queso de oveja curado
- tomillo
- aceite de oliva
- sal.
Elaboración
Pela y pica el puerro y los ajos tiernos. Limpia los champiñones y córtalos en cuartos. Pon el jugo de lechazo a calentar y también el agua, pero por separado.
Pon un poco de aceite de oliva en una cazuela y pocha a fuego medio-bajo el puerro y los ajetes, cuando empiecen a estar tiernos añade los champiñones y salpimenta al gusto. Agrega a continuación el arroz y rehógalo hasta que pierda el color blanco. Riega entonces con el vino blanco y deja reducir a fuego medio.
Cuando el arroz haya absorbido el vino, vierte el jugo de lechazo y una cucharadita de tomillo, mezcla bien y deja cocer moviendo de vez en cuando con una cuchara de madera. A continuación empieza a regar con un vaso de agua caliente el arroz y mover cada minuto mientras se absorbe el agua, así obtenemos la textura y el brillo que caracteriza al risotto.
No viertas el siguiente vaso de agua hasta que el arroz esté seco, continúa después con este procedimiento hasta que hayas terminado con el agua o el arroz esté en su punto de cocción. Ten en cuenta que si el jugo que utilizas no tiene un sabor concentrado, será mejor que agregues caldo en lugar de agua.
Cuando viertas el último vaso de agua, deja cocer unos minutos pero no dejes que se absorba del todo, antes tienes que agregar el queso rallado y mezclar bien. Entonces tapa la cazuela, apaga el fuego y deja reposar un par de minutos antes de servir.
Emplatado
Sirve el Risotto con jugo de lechazo con unas escamas de queso y a disfrutar de su sabor. ¡Buen provecho!
2 comentarios
Los jugos de los asados es un recurso excepcional, yo también los guardo y hago risottos como vosotros, son mágicos y bien socorridos. Un saludo chicos.
Es que guardan toda la esencia del asado, es pecado mortal deshacerse de unos jugos tan exquisitos, son capaces de potenciar cualquier ingrediente por insípido que sea. A ver qué otras sugerencias nos proponen.
Un abrazo Carlos, y felicidades por tu reportaje sobre el Roscón de Reyes que estamos deseando ver terminar, y por supuesto, degustar 😉