Ayer se votó la propuesta de declarar a España, país libre de transgénicos por la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Congreso, se trataba de una propuesta impulsada por algunos grupos políticos, y respaldada por algunas organizaciones como COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos).
Evidentemente la votación resultó negativa, algo que era previsible dado que nuestro país es uno de los principales productores de alimentos transgénicos de Europa y cada vez es mayor la extensión de terreno utilizada en su producción. También hay que decir que algunas decisiones adoptadas por el Ministerio de Medio Ambiente español, como la de permitir continuamente ensayos transgénicos de empresas biotecnológicas como Monsanto, ya mostraban cual sería el resultado de la votación, España sin transgénicos… ni pensarlo.
COAG mantenía esperanzas de que la iniciativa saliera adelante y declaraba que el modelo de agricultura sostenible y de calidad era la opción más acertada para mejorar la salud pública y proteger el medio ambiente. Sin embargo, los grupos políticos que han votado negativamente la iniciativa, indican que se trata de un radicalismo que frena el avance de la biotecnología o de la investigación científica en pro de mejorar la productividad y la salud humana.
También hay que tener en cuenta que España está implicada en el supuesto plan secreto europeo para potenciar el cultivo de transgénicos, la verdad es que existían muchos indicios que garantizaban que esta propuesta no saldría adelante. En la propuesta también se ha utilizado la información que ofrecía el estudio de la Universidad de Viena en el que se concluía que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad, aunque evidentemente no ha servido de mucho.
Son muchos los estudios que muestran que será necesaria una alimentación biotecnológica obligada, la agricultura convencional poco puede hacer contra el cambio climático y las nuevas enfermedades que amenazan a los alimentos convencionales, sean ecológicos o de producción industrial. También hay que tener en cuenta que a largo plazo no habrá suficientes recursos alimentarios debido a los motivos antes indicados.
No estamos de acuerdo con los alimentos transgénicos ofrecidos por Monsanto y dudamos de la ética de esta compañía en pro de la salud humana y medioambiental, pero sí estamos de acuerdo con la investigación y el desarrollo de la biotecnología en manos de un grupo de expertos de carácter internacional, son muchos los cambios que se avecinan y la respuesta hoy por hoy son las alternativas que puede ofrecer la investigación biotecnológica para superarlos.
La propia organización ecologista Greenpeace solicita estudios a largo plazo que demuestren la inocuidad de estos alimentos, si estos estudios se hicieran efectivos, posiblemente no existiría ninguna objeción al desarrollo de determinados cultivos modificados genéticamente. De ello hablábamos en el post proceso de autorización de los alimentos transgénicos.
Si este es el problema, ¿por qué no se realizan dichos estudios?, sería el modo más acertado de que se aceptaran los alimentos transgénicos, sin embargo, el hecho de obviar estas solicitudes hace creer que realmente existe peligro y que se intenta ocultar a la opinión pública. El estudio austriaco es un ejemplo de ello.
Vía | Finanzas
1 comentarios
Vaya, pues me alegro. Esperemos que poco a poco se vayan introduciendo los cultivos transgénicos.