Dos investigadores norteamericanos acaban de presentar un nuevo sensor para envases cárnicos para aplicarlo en la industria cárnica permitiendo que los consumidores conozcan el grado de calidad de las carnes simplemente observando el color que mostrará la etiqueta que contiene el sensor.
Los consumidores no siempre podemos detectar cuando un producto cárnico se encuentra en perfecto estado, sobre todo si la acción de los patógenos acaba de comenzar y el envase que la contiene no permite que podamos percibir el olor que desprende. Los investigadores además indican que en muchas ocasiones, aunque el proceso de degradación comience, sólo las narices más finas logran percibir el estado de la carne.
El sensor para envases cárnicos se basa en la detección de los gases y productos químicos resultantes de la acción de diversas bacterias patógenas, Achromobacter, Micrococcus, etc. La detección realizada sobre las aminas (compuestos químicos orgánicos) se traduce en una variación de colores en el sensor, así, un envase que presente un sensor de color amarillo indicará que la carne está en perfectas condiciones, en cambio, si el color fuera rojo indicaría que la carne está en mal estado.
Con respecto a la detección a través del olor de la que hablábamos, los investigadores indican que sólo podemos percibirlo cuando están presentes hasta 10 millones de bacterias por cada gramo de carne, en una cantidad inferior resulta difícil realizar la detección de su acción de degradación. El nuevo sensor para envases cárnicos logra ser entre 200 y 400 veces más preciso que el olfato humano, lo que permitiría evitar con mayor efectividad la intoxicación alimentaria por carne en mal estado. Recordemos que las carnes picadas son las más susceptibles de sufrir contaminación patógena, un ejemplo sería la acción de una bacteria que provoca el Síndrome Urémico Hemolítico, enfermedad que se transmite sobre todo a través de la carne y los lácteos.
Las hamburguesas son uno de los productos más susceptible de contaminación, herramientas como el nuevo sensor permitirían detectar el estado de la carne y desecharla en caso necesario. No sólo sería útil para los consumidores, los supermercados y centros comerciales podrían detectar si los productos que ofrecen se encuentran en perfecto estado con una simple mirada al sensor, un gran avance de las nuevas tecnologías contra la contaminación bacteriana de los alimentos.
De momento los investigadores siguen trabajando en su nuevo sensor e indican que aún debe pasar algún tiempo hasta que la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de EE UU) lo apruebe y comience a comercializarse carne con el nuevo envase. John R. Shaw y Doland Zehnder, los investigadores responsables del proyecto, indican también que pretenden desarrollar nuevos sensores capaces de detectar la presencia de la Escherichia coli O157: H7, una de las cepas más peligrosas de la E. coli y cuya principal vía de infección en seres humanos son los alimentos.
Durante los últimos años, muchos investigadores norteamericanos han centrado sus trabajos en lograr mejorar la seguridad alimentaria, algo de agradecer dados los continuos casos de intoxicaciones alimentarias.