Parece que aumentan los sabotajes contra los experimentos transgénicos. A principios del presente mes unos activistas del Reino Unido saboteaban las investigaciones que se estaban realizando con patatas transgénicas en el país, los anti transgénicos intentaban evitar que los estudios se concluyeran, ya que este es un paso requerido en el camino de la legalización de este tipo de productos, si no hay estudios, no se pueden cultivar.
Esta acción sólo serviría para frenar temporalmente las investigaciones, de hecho, los investigadores solicitaron protección gubernamental o en su defecto, proseguir sus trabajos en lugares secretos. Esta última solución podría resultar peligrosa, ya que a mayor secretismo mayor es el desconocimiento y aumentan las posibilidades de que termine comercializándose un producto peligroso.
Con esto queremos decir que es preferible que las empresas biotecnológicas realicen sus investigaciones a ojos de todo el mundo, no compensa sabotear los experimentos transgénicos, los científicos que están en contra de los transgénicos pueden tener fácil acceso a ellos, estudiarlos y demostrar científicamente si son o no adecuados para el consumo humano.
Ahora conocemos un nuevo sabotaje, esta vez ha sido en Francia, dos campos experimentales de maíz transgénico propiedad de la empresa norteamericana Monsanto han sido saboteados. Monsanto se siente molesta e indica que esta acción supone un retraso prácticamente irreparable en el desarrollo de biotecnologías vegetales. Se trata de dos campos en los que se había plantado maíz transgénico MON810, recordemos que a principios de año el Gobierno francés formalizó la prohibición del cultivo de MON810.
Evidentemente esta acción es contraria a la permisión de que se sigan realizando investigaciones biotecnológicas con el maíz en suelo francés, esta es una de las principales razones por las que se ha producido el sabotaje. Monsanto indica que la experimentación es necesaria y esencial, además se utiliza en muchos países del mundo. A esto sería conveniente contestar que experimenten con MON810 o con cualquier otro producto en los campos de su país, demasiadas prisas por validar nuevos cultivos resulta sospechoso.
Quizá el sabotaje sobre los cultivos transgénicos se extienda a otros países, España podría ser el siguiente país en el que sabotearan cultivos transgénicos y más teniendo en cuenta que nuestro país parece un campo experimental de alimentos transgénicos y son muchos los colectivos que claman cambios en las políticas adoptadas por el Gobierno en esta materia sin que haya respuesta alguna.
Por cierto, se ha convocado una manifestación para el día 30 del presente mes en la Puerta del Sol de Madrid por distintas asociaciones de productores, consumidores, etc., para solicitar una alimentación libre de transgénicos y que se respete la decisión de los consumidores que no desean material modificado genéticamente en su alimentación.
El cambio climático obliga a buscar alternativas para lograr desarrollar plantas que puedan soportar altas temperaturas, exceso de salinidad, nuevas enfermedades, extrema sequía, etc., biotecnología y radiación son las soluciones más rápidas planteadas hasta el momento, las soluciones que plantean los movimientos ecologistas, el crecimiento sostenible y las energías renovables son quizá demasiado lentas frente a los rápidos cambios que se están sucediendo. ¿Qué hacer?