Los biocombustibles impiden cubrir las necesidades alimentarias del mundo, así lo indica el director general de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). La producción de biocombustibles restó 100 millones de toneladas de cereales a las necesidades alimentarias del mundo. Esto teniendo en cuenta que el año pasado se logró una cosecha récord, para este año se destinará un volumen mucho mayor a la producción de biocombustibles, algo que volverá a afectar a las necesidades alimentarias mundiales a la espera de que se hagan efectivas las nuevas políticas agroalimentarias en los países en vía de desarrollo.
Según mostrábamos en el post más biocombustible, más hambre, la producción de cereales del año pasado había alcanzado un récord histórico, la causa de ello era el aumento de la producción de biocombustibles.
Las primeras previsiones indicaban que el consumo mundial en el presente año sería de 2.120,3 millones de toneladas y la producción de 2.102,6 millones de toneladas. El desfase no parece muy significativo pero si restamos las toneladas que se destinarán a la producción de biocombustibles, posiblemente la cifra de 100 millones de toneladas restadas de la alimentación se supere con creces.
Mucho tiene que ver en esta situación el continuo aumento del precio del petróleo, principal causa por la que la producción de biocombustible aumente considerablemente. Parece evidente que ante estas subidas del precio del barril de crudo, se busque otra fuente energética alternativa con el fin de evitar la dependencia del petróleo. Aunque esto es simplemente una excusa, ya que nos podemos alejar de la tiranía del petróleo para aferrarnos a la tiranía de los biocombustibles.
El caso es que la productividad ha aumentado y no va a servir de nada, las necesidades energéticas son demasiado elevadas y la productividad de cereales destinada al mercado energético es económicamente más viable que la productividad abocada a la alimentación. Por tanto los precios no se van a reducir o al menos mantener, este año posiblemente experimentarán nuevas subidas. Como dice el director general de la FAO, la voluntad política de revertir el problema sería una de las claves para resolver la actual situación, algo que dudamos teniendo en cuenta que pesan más los intereses económicos que otras cuestiones en muchos casos.
Recordemos el informe elaborado por el Banco Mundial en el que se indicaba que los biocombustibles, combustibles y fertilizantes son los elementos responsables del aumento del precio de los alimentos. En dicho informe se mencionaba que las reservas mundiales de alimentación se hubieran mantenido de no ser por el incremento de la producción de biocombustible, y el resultado hubiera sido muy distinto al actual, un moderado incremento de los precios de los alimentos suscitado por otras cuestiones.
Las necesidades alimentarias continuarán aumentando del mismo modo que la producción de biocombustibles, la productividad no colmará las necesidades de una de las dos cuestiones, ¿se mantendrá la prioridad en la producción energética?, posiblemente sí. Se hace necesario adoptar urgentemente políticas agroalimentarias en los países subdesarrollados y regular, al menos temporalmente, la productividad de biocombustibles hasta que se tenga la solución para colmar ambas necesidades.
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Foto | David Graus