Acabamos de conocer un curioso utensilio denominado The Perfect Sommelier que se anuncia capaz de envejecer un vino joven en sólo 30 minutos otorgándole las propiedades que presenta un vino de guarda.
La empresa que comercializa The Perfect Sommelier garantiza un sabor inmejorable en los vinos y un gran ahorro económico al no tener que comprar un vino con unos cuantos años de maduración y un coste más elevado.
El proceso se realiza gracias a un soporte y un tapón magnéticos, se debe abrir la botella, colocarla sobre el soporte y taparla con el tapón especial, el resultado es la creación de un campo magnético que acelera el proceso de envejecimiento del vino. The Perfect Sommelier se ofrece en tres versiones, negro, plateado y dorado, y dependiendo de la versión, su coste oscila entre los 25 y los 35 euros.
Esto nos recuerda otros métodos que se han ido anunciando tiempo atrás con la misma finalidad, podemos nombrar por ejemplo la Llave del vino, un invento de Franc Thomas, nombrado mejor sumiller en Francia hace ocho años.
Se trataba de una especie de cuchara que presentaba en su base una pastilla elaborada con una aleación específica de metales que conseguía acelerar el proceso aromático del vino, logrando además suavizar su textura. La denominada Clef du vin conseguía envejecer un vino joven hasta alcanzar la textura y el sabor de un vino de cinco años.
Otro ejemplo que podemos nombrar es el invento que presentó Hiroshi Tanaka, un experto que desarrolló un sistema basado en la electrolisis capaz de envejecer un vino en sólo 15 segundos.
Nosotros lo tenemos muy claro, el vino de calidad debe seguir su proceso natural de envejecimiento y adquirir su maduración de la forma más natural posible. Por otro lado cabría destacar, en el caso de que el proceso fuera efectivo, que los vinos jóvenes utilizados deberían ser de calidad.
4 comentarios
Yo tampoco creo que un vino joven envejecido con este método supere nunca a uno envejecido de forma natural, aunque entiendo que sí mejorará al vino joven.
Lo dicho, aún así, me quedo con la frescura de un tinto joven y, si quiero algo más envejecido, tiro del reserva de siempre…
Bueno, un vino «joven» de cosecha no lleva madera alguna, así que no creo que mejore gran cosa 😉 Pero bueno, puede ser una solución para todos estos maderazos hipertánicos tan de moda 😉
Entre este invento y el post de Paco Berciano: Causas de la uniformidad del sabor: salvar en la bodega lo que no se ha hecho en el campo uno ya no sabe que pensar. Porque si esto está disponible en casa ¿qué no tendrán las bodegas?.
Pero por otro lado, ¿no decantamos?, ¿controlamos la temperatura?, etc… ¿porqué no controlar la oxigenación hasta este nivel?.
Eso sí, entiendo la versión del japonés y la de la Clef du Vin… pero esto magnético hace que salga el escéptico que llevo dentro. Suena tal cual a las jarras «magnetizadoras» de agua, o a las pulseras magnéticas.
A poco que busco en Google ya veo la controversia. Incluso la Clef du Vin es un tema muy polémico:
http://forums.winespectator.com/eve/forums/a/tpc/f/456102303/m/371109314
Claro que todos alucinamos con las copas Riedel, pero en catas a ciegas no se ha podido probar diferencia alguna con las duralex de bar de carretera 😉 El olfato es un sentido misterioso 😉
Coincidimos contigo Álvaro, el tema de lo magnético también despierta a nuestro escéptico.
Nosotros seguiremos disfrutando del vino de la manera tradicional tal y como indica Juanjo.
Saludos.