El pan es un alimento fundamental, especialmente en aquellos países en los que la pobreza se encuentra más presente, la falta de este alimento puede provocar serios problemas. Un ejemplo sería la crisis del pan en Egipto acaecida durante el pasado mes de marzo, fue tan grave la situación que incluso tuvo que intervenir el ejercito del país para poder producir y distribuir pan entre la población.
El encarecimiento de los alimentos afecta especialmente a los más desfavorecidos, en el caso de Egipto, hasta un 1/3 de la población viven en la línea de la pobreza y el único alimento al que pueden aspirar es el pan. La escasez de pan llegó a provocar peleas, disputas y enfrentamientos para poder echarse un mendrugo de pan a la boca.
¿Cómo se ha generado esta situación?, al parecer, el trigo que compraba el país era subsidiario, es decir, hasta diez veces más barato que el que se comercializa en otros países. Quienes compraron el trigo vieron esta diferencia y no dudaron en pasar el trigo al sector privado, quedando el mercado subsidiario sin harina por la falta de trigo, evidentemente es una grave situación de especulación que no contempla las necesidades de los más necesitados.
Incidentes de estas características se puedan originar en la mayoría de los países en vías de desarrollo, de hecho, las protestas por el hambre se suceden, siendo cada vez más contundentes. De todo ello son conscientes los Gobiernos de los países industrializados, Estados Unidos, la Unión Europea, el G8… todos saben que es necesario tomar medidas efectivas para paliar la situación. Si los precios de los alimentos (y especialmente los considerados básicos) continúan aumentando, la situación se hará realmente insostenible.
Recordemos que en los países industrializados la población dedica un 15% de sus ingresos a la alimentación, mientras que en los países subdesarrollados esta cantidad alcanza hasta el 80%, una subida de los precios afecta con más notoriedad a estos últimos. Este hecho conlleva destinar prácticamente la totalidad de los ingresos a la alimentación y por tanto, otros menesteres como la ropa, la sanidad, la educación, etc., no pueden ser contemplados, haciendo que el país se suma en una situación más problemática, pero esto no queda aquí, como los precios continúan aumentando, es necesario entonces destinar más de lo se gana, algo imposible.
Nuestra perspectiva desde los países industrializados no es la misma, nos quejamos de los precios pero seguimos teniendo para comer. Es innegable que esta situación provocará grandes revueltas y disturbios, realmente se está vetando el derecho a la alimentación.
Es necesario un profundo planteamiento y una reforma que pueda devolver las aguas a su cauce, la política agraria se encuentra sumida en un profundo pozo en algunos casos. Un representante de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) indica que estos países no tienen reservas de grano y están acostumbrados a depender de lo que producen los países industrializados, de ahí que la actuación primordial sea la revisión de sus políticas agrarias.
Esto es algo en lo que no estamos muy de acuerdo, de hecho, esta dependencia ha sido provocada por los países industrializados que durante años han suministrado el grano y resultaba un buen negocio. Ahora las perspectivas son otras, los biocombustibles resultan una interesante opción, mejor que seguir dando de comer a menor precio a los más desfavorecidos.
Los expertos reconocen que será muy difícil que los precios bajen nuevamente y más con la rapidez que exige la situación. Representantes del Programa Mundial de Alimentos advierten desde hace meses que peligra la estabilidad de muchos países, podemos recordar el post causas de la subida del precio de los alimentos a nivel mundial.
En fin, parece que realmente no somos muy conscientes de la situación y que los problemas ocurren en lugares lejanos, pero no es así. Recomendamos ver el vídeo de la Agencia EFE sobre la crisis del pan en Egipto para una mayor comprensión de la problemática.
Vía | BBC