Una investigación realizada por el Departamento de Prevención de Enfermedades de Portland (Estados Unidos), indica que los hombres prefieren carne y las mujeres frutas y verduras. La alimentación no debería tener sexo, siendo las preferencias alimentarias las mismas en ambos sexos puesto que los alimentos producen los mismos efectos y beneficios en ambos. Sin embargo, el estudio norteamericano muestra las conclusiones que hemos mencionado, los datos obtenidos se basan en una encuesta realizada a 14.000 personas de ambos sexos entre mayo del año 2006 y el mes de abril del año 2007.
En dicha encuesta se reflejaban preguntas relacionadas con los hábitos alimenticios y las preferencias por determinados alimentos. Los datos obtenidos eran muy variados y servirían para conformar cuál es el modelo alimenticio preferido y el índice de consumo de aquellos alimentos que resultan perjudiciales para la salud. Los investigadores creyeron entonces oportuno analizar estos datos para ver si existían diferencias de género y evidentemente las había.
El sexo masculino prefiere la carne, especialmente embutidos como el jamón y carne de ternera, contrariamente el sexo femenino prefiere las frutas, frutos secos y verduras, destacando sobre todo zanahorias, tomates, fresas, manzanas, nueces o almendras entre otros. Lo mismo ocurría con los productos lácteos o los huevos, estos suelen ser más consumidos por el sexo femenino.
Aunque como en todo, siempre existen algunas excepciones, por ejemplo en lo que se refiere a verduras, los hombres parecían coincidir en la pasión por los espárragos o las coles de Bruselas, siendo estos alimentos más consumidos por ellos que por las mujeres. Y las mujeres también rompían la regla con las hamburguesas, pero al margen de estas dos excepciones, la tónica dominante es la que titula este post.
Tras estos datos, posiblemente los investigadores profundicen un poco más en el tema realicen un estudio en el que se muestren las causas sociales, económicas o incluso genéticas que provoquen la preferencia alimentaria por sexos. De todos modos, los expertos indican que estas tendencias son generalizadas a nivel mundial, en España por ejemplo, en la última Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad se mostraban datos similares. La conclusión que se desprende es que el sexo femenino se preocupa mucho más por la alimentación que los varones.
Es evidente que las necesidades nutricionales de ambos no son las mismas, este es otro punto de apoyo para las preferencias de la alimentación, el esfuerzo físico, el embarazo, etc., son algunas de las causas que marcan también diferencias.
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