El sector enológico utiliza diversas estrategias con el fin de lograr aumentar el consumo del vino, no sólo vale que el vino cuente con cierta calidad, la etiqueta y al envase utilizado son fuertes condicionantes que logran captar la atención del consumidor dejando atrás aquellas botellas de vino que, aunque sean de gran calidad, presentan etiquetas un tanto sobrias y botellas bastante clásicas. Podemos recordar, por ejemplo, la nueva imagen que ofrecen los vinos de la Rioja, nueva etiqueta y nueva imagen con la que introducir los vinos en el siglo XXI mediante la conjugación de aspectos como el prestigio, la evolución y la tradición.
La evolución de las bodegas ha permitido desarrollar nuevas políticas orientadas a diseñar formas de seducir a los consumidores en diferentes ámbitos, en la mesa disfrutando de una comida o compartiendo un rato de ocio con los amigos, la idea es ofrecer el vino como una bebida ideal para cualquier ocasión. Conquistar a los consumidores no resulta algo fácil, al menos en España, en cambio en Argentina sucede todo lo contrario, la política enológica adoptada en ese país ha permitido incrementar hasta el doble el consumo de vino entre los jóvenes de entre 18 y 34 años.
La cultura es también otro factor importante, al menos así lo indican los expertos argentinos que afirman satisfechos, que el paladar de los jóvenes está más culturizado y por tanto, disfrutan mucho más del vino. El vino ha dejado de ser una bebida separatista y clásica, es accesible a todos los estratos sociales y pueden disfrutarse buenos vinos a precios relativamente económicos. Hoy en día el vino es un icono de modernidad entre los jóvenes argentinos gracias a los nuevos diseños en los que cada vino ofrece una rica variedad de matices y aromas que logran seducir a quienes comienzan su camino enológico.
La enología Argentina se caracteriza por su continua renovación tecnológica, por sus precios, por sus vinos y por sus políticas en el mercado, si este país tuviera el mismo potencial que España, posiblemente lograrían arrasar en los mercados internacionales.
Pero volviendo al tema inicial, uno de los desafíos a los que se enfrenta el sector enológico es la conquista de clientes y el primer paso se encuentra en la seducción que pueda ofrecer la imagen, en este caso, el envase y la etiqueta. La nueva apuesta para potenciar el consumo entre los jóvenes es utilizar etiquetas poco cargadas en las que predomine la imagen del vino y sus características especiales. Etiquetas limpias como las que ahora muestran los vinos de La Rioja, cuatro etiquetas, cada una con un color distinto, serán relacionadas con el tipo de vino, crianza, reserva, etc.
Es una apuesta similar a la que realizaron los bodegueros argentinos con la diferencia de que en Argentina no se dieron críticas ni oposición por la iniciativa, algo diferente a lo mostrado en La Rioja, algunos bodegueros no están de acuerdo con la renovada imagen del vino de esta denominación, quizá sea por una mentalidad conservadora. Ahora deberemos esperar a ver si la nueva apuesta de los vinos de La Rioja obtienen los resultados esperados, nosotros creemos que sí.