Una nueva norma propuesta por la Unión Europea pretende alimentos más transparentes en Europa, para ello es necesario obligar a la industria de la alimentación a incorporar en las etiquetas de los productos que comercializan la cantidad de sal, azúcares o grasas que presentan. Además, se obligará a que estos datos aparezcan en la etiqueta frontal y no en el dorso, también se exigirá que la letra sea legible, de esta forma los consumidores europeos podremos disfrutar de unos alimentos más transparentes.
Que la carencia de información no sea una excusa y que el consumidor que disfrute de un determinado producto conozca cuántas calorías, grasas o sal ingiere. Nosotros además incluiríamos información adicional en la que se indicara cuáles son las cantidades diarias recomendables en la ingesta de estos componentes. Así estaría en mano de los consumidores decidir si desean mantener una dieta saludable y equilibrada como la que ofrece la dieta mediterránea o por lo contrario disfrutar de productos ricos en grasas hidrogenadas, calorías y diversas sustancias que propician el sobrepeso y la obesidad, con la repercusión que esto tiene, el aumento de posibilidades de sufrir diversas enfermedades.
Vetarle esta información al consumidor es negarle el derecho a elegir y de ello tiene plena constancia la Unión Europea, por ello, la necesidad de implantar la nueva propuesta, la industria alimentaria dispondrá de unos tres años para la transición hacia el nuevo sistema de etiquetado. Ahora bien, a pesar de que la propuesta sea aprobada y la información en las etiquetas sea incluida, esto no quiere decir que los índices de sobrepeso y obesidad actuales se reduzcan, incluso podríamos decir que pueden aumentar.
Un ejemplo lo tendríamos con lo ocurrido en el Reino Unido, numerosas iniciativas han intentado que la población redujera su consumo de fast food, los organismos de salud de est país lanzaron el año pasado numerosas campañas que intentaban mejorar la alimentación de los ciudadanos del Reino Unido, especialmente la de los niños, incluso cocineros famosos como Jamie Oliver se implicaron de lleno para lograr tal objetivo. El resultado ha sido todo lo contrario, McDonald’s ha batido récord de ventas, aunque hay que decir que esta compañía indica que este hecho se ha dado gracias a la introducción en sus menús de alimentos saludables que presentan menos grasas y azúcares, pero esto es otra cuestión a debatir.
La nueva norma informativa contempla, además, la posibilidad de etiquetar todos aquellos productos que pueden producir alergias debido a que en su composición contienen determinados alimentos que pueden provocarlas como pescado, frutos secos, etc. Pero para ir aún más lejos, incluso las elaboraciones culinarias que se realicen en los restaurantes deberán indicar si contienen algún alimento con alérgenos (se supone que en la carta).
En lo que no estamos de acuerdo es en una de las opciones de la nueva norma, en la que permiten obviar en la etiqueta la procedencia del alimento en cuestión, para quienes decidan indicar su procedencia, la nueva normativa contempla que entonces deberán incluir la procedencia de cada uno de los alimentos integrantes del producto. Otra opción será utilizar la etiqueta “elaborado en la Unión Europea” simplemente.
Sería interesante que conociéramos que país ha elaborado el producto, de hecho, no hay nada que esconder y más si se han cumplido los controles reglamentarios de control y calidad ¿no?
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