10 motivos para disfrutar de la revolución gastronómica de Barcelona

Con el título ‘La revolución gastronómica continúa en Barcelona’, la concejalía de Turismo del Ayuntamiento de la Ciudad Condal ha puesto en marcha una campaña con la que quiere hacer llegar a todo el mundo un mensaje, que la revolución culinaria protagonizada hace veinte años por cocineros como Ferrán Adrià, Carme Ruscalleda o los hermanos Roca tiene continuidad. El objetivo de esta campaña está claro, atraer al turismo nacional e internacional.

No hay duda de que Barcelona sigue siendo uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, por lo que es, por lo que tiene, por lo que ofrece… Dado que la gastronomía es un valor en alza y la ciudad está gustosamente servida de historia, tradición y vanguardia en este sector, ven necesario recordarlo. Y así lo han anunciado en la presentación de la campaña en la que participaron algunos de los cocineros y empresarios que se han sumado a ella, como Carlota Claver de La Gormanda, Oriol Castro de Disfrutar o Raül Balam de Moments.

Bajo estas líneas podréis ver el vídeo de la campaña ‘La revolución gastronómica continúa en Barcelona’, en el que son protagonistas Ferrán Adrià, Carme Ruscalleda y Joan Roca: ‘Hace 20 años iniciamos una revolución gastronómica’, afirma el principal revolucionario de la gastronomía de España, ‘Reinventamos la alta cocina’, asevera el mayor de los hermanos Roca, y Carme Ruscalleda, que se encuentra junto a su hijo Raül Balam, afirma que hoy, la revolución gastronómica continúa en Barcelona.

A continuación vemos a Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, quienes fueron jefes de cocina en elBulli, por lo que podemos decir que fueron revolucionarios de la gastronomía en Cataluña, España y el mundo junto a Ferrán Adrià. Y desde luego que son cocineros que están dando continuidad a esta revolución en su restaurante Disfrutar, reconocido con dos estrellas Michelin. En fin, el vídeo es vuestro, podéis verlo subtitulado en castellano.

La campaña para impulsar el turismo gastronómico en la ciudad de Barcelona cuenta con un presupuesto inicial de 400.000 euros. Con ella se quiere llegar a un público con poder adquisitivo, con un especial interés por la cocina, con gusto por la tradición y la vanguardia gastronómica, de una edad a partir de 35 años. Claro, para este público hay una serie de establecimientos de hostelería y restauración, pero no los 9.000 que se calcula que hay en Barcelona. ¿Debería la campaña dirigirse a todos los tipos de restauración y así, a todos los públicos? Digamos que sí, porque todos son Barcelona.

Y lo que también tienen que hacer (y lo saben) es terminar con la parte negativa de la hostelería de Barcelona que se da en las zonas más turísticas, como la Rambla, donde se ofertan paellas, menús, tapas y demás, con una calidad de los productos y la elaboración cuestionable y con precios que son extremadamente elevados. A ver si se ponen a ello. Lo que sí han hecho, en el marco de la campaña es un decálogo, y os lo transcribimos a continuación, estos son los 10 motivos para disfrutar de la revolución gastronómica de Barcelona:

1. Probar los mejores restaurantes reconocidos en todo el mundo

Barcelona tiene 19 restaurantes que suman 29 estrellas Michelin, seis restaurantes con la distinción Bib Gourmand, 45 establecimientos que han obtenido Soles de la Guía Repsol. Esto quiere decir que, si os gusta la cocina de autor, en Barcelona la oferta gastronómica es inmejorable. Desde las tres estrellas Michelin del Lasarte, de Martín Berasategui, y del ABaC, de Jordi Cruz; hasta la cocina del Disfrutar, capitaneado por Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas y reconocido como uno de los 50 mejores restaurantes del mundo, pasando por las propuestas de fusión del Dos Palillos, de Albert Raurich y Tamae Imachi, el Koy Shunka, de Hideki Matsuhisa y el Caelis, de Romain Fornell, entre muchos otros, en Barcelona hay centenares de restaurantes que os esperan para sorprenderos y demostrar por qué la cocina que se hace en Cataluña es una de las más reconocidas en todo el mundo.

2. Conocer restaurantes únicos y con mucha historia

¿Os imagináis sentaros a la mesa de un local que abrió sus puertas durante la Revolución Industrial? Barcelona es una ciudad que respira historia por los cuatro costados, también en la gastronomía. Y para comprobarlo basta con acercarse a Can Culleretes, uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad, situado en el barrio Gótico, que abrió sus puertas en 1789. Pero este no es el único establecimiento con una larga historia detrás.

En Ciutat Vella encontraréis varios locales que nacieron en el siglo XIX y que siguen destacando y están en plena forma: el Bar Marsella (donde todavía sirven el famoso licor de absenta), Los Caracoles, el 7 Portes, donde podéis probar un arroz Parellada y un pijama de postres, Casa Almirall y Els 4 Gats, entre otros.

3. Descubrir la auténtica cocina catalana

¿Sabíais que el recetario más antiguo de cocina catalana, El Llibre de Sent Soví, data del siglo XIV? Todo ha cambiado mucho, claro, pero la esencia de la gastronomía de Cataluña se ha mantenido y no hay un lugar mejor para descubrirlo que Barcelona, donde podéis probar las recetas más importantes de la cocina catalana. En el Gaig Barcelona, capitaneado por Carles Gaig, os esperan unos de los mejores canelones de la ciudad. En Can Ramonet, en La Barceloneta, podéis descubrir por qué la Bomba de la Barceloneta (una especie de croqueta grande hecha con patata y rellena de carne con un toque picante) tiene ese nombre y en el restaurante La Habana, en El Raval, no podéis dejar de degustar el fricandó, uno de los guisos más emblemáticos de la cocina catalana, que ha sido reconocido como Plato Favorito de los Catalanes en 2021.

4. Entrar y saborear los 39 mercados de pr4oducto fresco

Si os interesa saber de dónde sale la materia prima de los platos que podéis encontrar en los restaurantes de Barcelona, lo tenéis muy fácil. Basta con visitar alguno de los 39 mercados municipales de producto fresco que están repartidos por todos los distritos de la ciudad.

Los más conocidos y espectaculares son los de La Boqueria ( en 2017 fue nombrado mejor mercado del mundo) y el de Santa Caterina, en Ciutat Vella, pero cada barrio de Barcelona tiene su mercado: el de La Abacería y el de la Llibertat en Gràcia, el del Carmel, el de Sants, el de Hostafrancs. Entrad, pasead y descubrid qué comen y cómo compran los barceloneses y cuál es el origen de los productos frescos que se venden en ellos. Además, si tenéis hambre, también podéis sentaros a la mesa y tomar comida casera elaborada con los productos más frescos.

5. Sorprenderse con restaurantes que son obras de arte

Comer debe ser una experiencia para los cinco sentidos, lo que significa que los restauradores tienen el reto de sorprendernos desde el momento en que entramos por la puerta de su local. La diversidad arquitectónica y de estilos que veis en las calles de Barcelona también se refleja en sus restaurantes.

Podéis adentraros en los espacios modernistas de Els 4 Gats, el Cafè 1907 y la Fonda España, en el ambiente de los años 60 o de la gauche divine del Flash-Flash (especializado en todo tipo de tortillas) o en la arquitectura moderna del ABaC, el Disfrutar y otros muchos restaurantes que han apostado por el diseño, la innovación y la creatividad para sorprender a los visitantes, muchos de los cuales apuestan por la cocina mediterránea y de proximidad y que son protagonistas de la revolución gastronómica.

6. Disfrutar de un vermú al aire libre

Pasear por Barcelona un domingo a mediodía esconde sorpresas muy interesantes. No os extrañe ver las terrazas de los bares y restaurantes en plena ebullición de actividad, con grupos de amigos y familias sentadas tomando un aperitivo y un vermú. De hecho, la tradición del vermú, muy arraigada en todo el país, esconde todo un ritual: no pueden faltar las patatas fritas o bravas, con salsa picante; las aceitunas y los boquerones en vinagre, regados con salsas especiales y acompañadas de vermú negro. Muchos de los mejores vermús negros son originarios de Reus, cerca de Tarragona, y no hay mejor forma de descubrirlos que sentarse en una terraza y disfrutar de una tradición tan barcelonesa como la de tomar el vermú, o visitando las bodegas tradicionales de la ciudad, donde además de probarlos, podréis comprarlos.

7. Conocer las tradiciones gastronómicas

El patrimonio gastronómico de Cataluña se remonta a la época medieval y todavía hoy en día se basa en el valor del producto y del territorio que refleja la inmensa riqueza del paisaje catalán: el mar, la montaña, la huerta, los bosques… De esta tradición nacieron recetas que hoy en día son muy populares.

A los barceloneses nos gusta la buena comida y es tradición celebrar los buenos momentos alrededor de una mesa. De hecho, es costumbre que las efemérides y las fiestas tradicionales lleven asociado algún alimento.

8. Ver cómo llega el pescado del barco a la lonja

En una ciudad moderna y cosmopolita como Barcelona, todavía pueden encontrarse actividades tradicionales relacionadas con la alimentación. Tenemos uno de los puertos más importantes del sur de Europa, con un tráfico de mercancías muy activo, pero también tenemos un muelle de pescadores en La Barceloneta, donde cada día salen a faenar los barcos de la Cofradía de Pescadores y subastan el pescado en la lonja, para que los restaurantes de la ciudad, algunos en el propio barrio, puedan preparar platos marineros para chuparse los dedos.

9. Compartir la apuesta de la ciudad por la sostenibilidad

El futuro es sostenible o no será, y en Barcelona hace tiempo que esta máxima impregna el modelo alimentario. De hecho, en la ciudad está el Biomarket, el primer mercado mayorista de alimentos frescos ecológicos de Europa, que forma parte de la estrategia alimentaria basada en los productos de proximidad y de kilómetro cero que puso en marcha la ciudad en 2021, cuando fue Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. Todo ello podréis verlo también en los mercados de alimentación, con los distintivos de Comercio Verde, en reconocimiento a los puestos que potencian la producción local, y podéis encontrarlo en los restaurantes que trabajan con proveedores de proximidad.

10. Vivir acontecimientos gastronómicos todo el año

¿Cuando viajáis no os conformáis solo con recorrer la ciudad, sino que también queréis vivir las fiestas y las ferias? En Barcelona, la agenda gastronómica está repleta de propuestas interesantes que todos los años reúnen a miles de visitantes alrededor de la buena mesa ¡y la buena cocina!

Desde el Tast a la Rambla, a principios de junio, que reúne a restaurantes y productores al final del paseo más famoso de Barcelona, hasta el Mercat de Mercats, en otoño, cuando los mercados municipales salen a la calle con puestos y degustaciones, pasando por acontecimientos la Fira Àpat, dedicada a los alimentos catalanes de proximidad, en octubre, o el Mercat de la Terra, organizado los sábados por Slow Food Barcelona. ¡La ciudad es el sitio ideal para los foodies!

Y si tenéis la suerte de visitarnos en verano, os esperan comidas populares al aire libre en las diversas fiestas populares de los barrios de Barcelona, como Sants y Gràcia, y también durante la fiesta mayor de la ciudad, La Mercè, el 24 de septiembre.

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