En los últimos años se ha incrementado la detección de trazas transgénicas en los envíos de alimentos y piensos tradicionales que se realizan a nivel internacional, algo que según la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura) es preocupante, ya que provoca el incremento de las pérdidas alimentarias y económicas. Recordemos por ejemplo que en el caso de la Unión Europea, el límite máximo de la presencia accidental de alimentos transgénicos en los alimentos tradicionales no puede superar el 0’9%, un 0’1% en los piensos animales, y para los envíos que superan este umbral es obligado que sean etiquetados como alimentos modificados genéticamente, siempre que hayan sido aprobados en el seno de la UE.
La FAO realizó por primera vez una encuesta entre el mes de febrero y junio del año pasado, a 193 países miembros, de los que sólo 73 participaron respondiendo a las preguntas sobre la detección de alimentos transgénicos en los envíos internacionales de alimentos tradicionales. Parece ser que se detectaron 198 casos de contaminación transgénica en el periodo 2002-2012, con un pico significativo a partir del año 2009, a partir de ese año se detectaron 138 casos. Los alimentos más comunes en los que se detectaron trazas transgénicas fueron el arroz, las semillas de lino (linaza) y las papayas, aunque también se han detectado en el maíz, en la soja, etc. A la FAO le preocupa la detección de transgénicos en el comercio internacional por varias razones que no tienen nada que ver con el cumplimiento de la legislación, con el principio de precaución o con el rechazo de los consumidores.
La FAO considera que a causa de esta detección, se produce una interrupción del comercio internacional entre países y su consiguiente impacto económico. Cuando se detectan trazas de alimentos modificados genéticamente en alimentos tradicionales el envío puede ser rechazado por parte del país importador, como consecuencia, el cargamento es devuelto al país de origen y en algunos casos termina siendo destruido, lo que suponen cuantiosas pérdidas económicas y pérdida de alimentos que podrían ser consumidos, algo que preocupa dadas las necesidades alimentarias. Hemos citado la política de la Unión Europea en estas cuestiones, sin embargo, la mayoría de los 75 países que han participado en la encuesta, no tenían establecidas unas políticas de detección y limitación de trazas transgénicas en alimentos tradicionales.
Los representantes de la FAO explican que con el aumento de la producción de alimentos transgénicos y la mejora en las pruebas de detección que se han realizado, no es inusual que a partir del año 2009 se incrementara significativamente la detección de los envíos que contienen trazas transgénicas. Parece que esta organización se posiciona a favor de los alimentos modificados genéticamente, explican que este tipo de alimentos que se encuentran en el mercado han sido objeto de rigurosas evaluaciones de seguridad, por lo que la no comercialización por un tema de seguridad quizá no tiene mucho sentido.
Muchos consumidores quieren poder elegir y decidir si adquieren un alimento transgénico, pero si no está claro que un alimento tradicional pueda tener bajos niveles de materias modificadas genéticamente, puede tener implicaciones en las elecciones que realizan. La FAO explica que puede que estos consumidores no tengan toda la información que necesitan para poder tomar una decisión, por ello esta organización pide a los países que se trabaje más en la evaluación de la seguridad de los alimentos transgénicos para el consumo humano.
Con este propósito, la FAO ha puesto en marcha la plataforma de alimentos transgénicos, se trata de una plataforma online en la que se puede compartir la información sobre la evaluación de la seguridad de los alimentos modificados genéticamente. Esta plataforma inició su andadura el año pasado y su base de datos se amplía a medida que los países comparten la información.
Con esta iniciativa se tiene la intención de abordar el tema de los productos transgénicos no autorizados, presentes en un nivel reducido en los envíos internacionales que se realizan. Según leemos aquí, la información recabada a través de la plataforma servirá para realizar una consulta técnica sobre esas trazas presentes en los alimentos tradicionales en el ámbito del comercio internacional los próximos 20 y 21 de marzo. Como decíamos, parece que a la FAO le preocupa este rechazo de los envíos de alimentos tradicionales a nivel internacional cuando contienen transgénicos y parece querer trabajar en el tema para que no se produzca.
La preocupación de la FAO por la pérdida de alimentos debería centrarse en otras cuestiones verdaderamente significativas, el desperdicio alimentario, el desarrollo de nuevas y mejores políticas agrarias, distribuir los fondos que recauda de una forma más coherente evitando el elevado gasto presupuestario en comisiones, estudios, papeleo, etc. Al final las ayudas que brindan a los países que tienen problemas alimentarios son poco significativas. Hay muchos temas más importantes, sin embargo, a esta organización le preocupa la destrucción de los alimentos y las pérdidas económicas en el caso de que se detecten trazas transgénicas, si comparamos el número de detecciones con todo el volumen de comercio, se puede decir que el número es insignificante.
En esta plataforma podréis consultar datos sobre el tipo de envío realizado, el año en el que se detectaron las trazas transgénicas, quién desarrollo el producto modificado genéticamente, qué particularidades contiene, etc.
Foto | 123 Chroma Pixels