El pasado mes de octubre nos hacíamos eco del informe del Parlamento Europeo en el que se mostraba una lista de los 10 alimentos con mayor riesgo de fraude en Europa, alimentos que se pueden manipular fácilmente con otros productos difíciles de detectar. Esta lista está formada por los siguientes alimentos: aceite de oliva, pescado, alimentos ecológicos, leche, grano, miel y jarabe de arce, café y té, especias, vino y jugos de frutas. Teniendo en cuenta que el aceite de oliva es el producto que encabeza esta lista, en el Reino Unido se procederá a comprobar la autenticidad y calidad del aceite de oliva importado.
Reino Unido verificará la calidad del aceite de oliva importado y lo hará a través de Campden BRI, un organismo independiente de investigación que ofrece soporte técnico, servicios de asesoramiento e investigación a todos los sectores de la industria alimentaria, con el fin de garantizar la calidad y la seguridad de los alimentos y bebidas. Este organismo ha sido elegido a través de un proceso de licitación abierto por la RPA (Agencia de Pagos Rurales), agencia ejecutiva del Departamento de Media Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, para que proceda con los análisis químicos oportunos que determinen la calidad real del aceite de oliva que importa este país.
El trabajo se centrará en analizar las moléculas orgánicas (lípidos) de los lotes de aceite, para validar si lo que se especifica en la etiqueta del envasado se corresponde con el producto. Al respecto hay que recordar que el reglamento de la Unión Europea sobre el aceite de oliva entrará en vigor el próximo 1 de marzo de 2014. Dicho reglamento modifica la anterior disposición n° 2568/91, relativa a las características de los aceites de oliva, aceites de orujo de oliva y los métodos de análisis.
En este reglamento (Pdf) se definen las características químicas y organolépticas de los aceites, se establecen los métodos de evaluación, así como los valores y características que debe contener cada variedad. Se estandariza el sistema de análisis y los criterios que se deben seguir en todos los países miembros de la UE como parte de la estrategia de lucha contra las prácticas fraudulentas, garantizando la calidad del producto. Como ya hemos indicado, el aceite de oliva encabeza la lista de alimentos más susceptibles de fraude.
Campden BRI será responsable de las pruebas que se realicen en todas las variedades, aceite de oliva virgen extra, aceite de oliva virgen, aceite de oliva y aceite de orujo de oliva, que se importe al Reino Unido. Lo van a tener más complicado quienes defraudan y ofrecen aceite de oliva virgen extra siendo en realidad aceite de oliva a secas, es decir, una mezcla de aceite refinado obtenido del aceite lampante, con un 20% de aceite de oliva virgen extra, aunque este es el fraude más evidente. Los análisis van a poder concretar las características de cada variedad y las diferencias menos significativas, como por ejemplo entre el aceite de oliva virgen extra y el aceite de oliva virgen.
Parece ser que se están dando los pasos oportunos para intentar poner freno a los fraudes alimentarios, según podemos saber los expertos del Reino Unido apuntan que el fraude del aceite de oliva está muy extendido debido a los beneficios que obtienen los defraudadores. Ahora se ha convertido en una prioridad evitar el fraude del aceite, según los datos del Consejo Oleico Internacional relativos al 2013, Reino Unido ha duplicado en 10 años las importaciones de este alimento, siendo cada vez más importante entre los consumidores del país.
Es de suponer que otros países importadores van a poner en marcha mecanismos similares, posiblemente también se empezará a trabajar para evitar el fraude con el resto de alimentos que forman la lista de alimentos con mayor riesgo de fraude.
Foto | AroundTuscany
1 comentarios
Sin duda, una gran noticia para el sector del aceite de oliva español.
Ya estamos un poco hartos de ver como en otros países se sigue jugando sucio con la exportación de este producto y lo peor de todo es que siempre lo acabe pagando el cliente.
Esperemos que esta iniciativa del Reino Unido se contagie a los principales países consumidores. Y aunque esto no acabe con el fraude en el aceite de oliva, que por lo menos tengamos la garantía de que se realizan controles más exhaustivos.
Un saludo.
Antonio