En el año 2009 China aprobaba el arroz transgénico, con este nuevo alimento se pretendía satisfacer la creciente necesidad alimentaria de los habitantes del país, aunque también se hablaba de comercializar y exportar la producción a otros países. Como ya explicamos en su momento, no quería quedar descolgado de la carrera biotecnológica alimentaria y los supuestos beneficios que ello podría aportar al país. Durante un par de años se estuvieron realizando pruebas en campos experimentales hasta que se produjo una «fuga de arroz» a pesar del control realizado en los campos y las garantías ofrecidas sobre el confinamiento de los cultivos experimentales, estas nuevas variedades de arroz empezaron a aparecer en diferentes regiones del país.
Dado que el Gobierno chino está totalmente a favor de la biotecnología y ya se han introducido otras variedades de alimentos transgénicos, tanto en la importación como en la producción, no parecía que la localización del arroz transgénico chino en otras zonas del país preocupara mucho a las instituciones científicas o al Gobierno. Tras la producción tocaba realizar pruebas de alimentación con arroz transgénico en animales, a fin de constatar que no existían efectos adversos para la salud. La Universidad Agrícola de China ha llevado a cabo estas pruebas, causando gran expectación en quienes están a favor y en contra de los alimentos modificados genéticamente.
Se utilizaron animales con un sistema digestivo y forma en la que se procesan los alimentos, similares a los procesos en seres humanos, los animales elegidos fueron cobayas y monos. Se empezaron a llevar a cabo estudios en el año 2012 sobre el metabolismo de estos animales, el funcionamiento del sistema reproductivo, el funcionamiento del sistema inmunológico… se les proporcionó una dieta a base de arroz transgénico durante un periodo de 90 días. Durante estos ensayos se constató que no se produjeron muertes o intoxicaciones en los animales sujetos al estudio, según los investigadores los animales estaban en perfectas condiciones de salud.
El Ministerio de Agricultura chino ha puesto como ejemplo las pruebas y ensayos que se han realizado en otros países, en los que se utilizaron otros alimentos como el maíz transgénico en vacas, aves de corral o peces, arrojando las mismas conclusiones que en el caso de sus investigaciones. Ahora los expertos chinos explican que van a desarrollar una nueva serie de pruebas estandarizadas para asegurar que los resultados obtenidos son fiables y precisos, se van a realizar ensayos en periodo de 42, 45 y 90 días dependiendo del tipo de animal. Hasta el momento todos los informes, según el Gobierno de China, los laboratorios e instituciones, son positivos y favorables.
Por ello, se ha puesto en marcha una gran campaña cuya finalidad es promover los beneficios que ofrecen los alimentos modificados genéticamente, todo ello bajo la premisa de que son alimentos necesarios para garantizar la seguridad alimentaria del país, algo que se considera prioritario dado el volumen poblacional. ¿Ha tenido en cuenta este Gobierno otros estudios realizados a largo plazo (periodo de 2 años) que concluyen que el consumo de alimentos transgénicos afecta al crecimiento y la capacidad reproductiva de los mamíferos?
Todas las acciones están encaminadas a convertir a China en uno de los grandes productores de alimentos transgénicos, para Gobierno e instituciones es prioritario no quedarse descolgado de la carrera biotecnológica e incluso ser un referente en este segmento. A principios de este año 61 académicos de la Academia de Ciencias y la Academia de Ingeniería, escribieron una propuesta que se envió a los principales líderes del partido gobernante, en ella se decía que China no podía seguir esperando la promoción de la industrialización del arroz transgénico, si ésta no se desarrolla el comercio se deprimiría, es decir, todo gira en torno a la actividad económica y los posibles beneficios que ello conlleva. Algunos expertos explican que no es nada inteligente confiar en la opinión pública, alude a quienes se oponen al cultivo de alimentos transgénicos.
Quizá estas declaraciones no tienen mucho sentido, y menos sabiendo que el Gobierno del país ha impulsado una nueva legislación de alimentos transgénicos, legislación que comprende reglas y leyes que abarcan todas aquellas cuestiones relacionadas con los alimentos modificados genéticamente. De hecho, en el año 2010 el Ministerio de Protección Ambiental chino anunció que prepararía una ley sobre seguridad de los transgénicos a nivel general. Es evidente cual es la trayectoria de China en materia de políticas de transgénicos, Se habla de seguridad alimentaria, pero no se citan otros temas como el impacto medioambiental, tampoco se ha propuesto realizar estudios más exhaustivos y a largo plazo, algo que reivindican muchos grupos, China ha adoptado el modelo estadounidense, ensayos cortos que permitan aprobar rápidamente los productos.
China quiere convertirse en uno de los grandes productores de alimentos transgénicos y rivalizar con los actuales líderes en este campo, al respecto os recomendamos leer el post Mil millones de hectáreas destinadas a los alimentos transgénicos, en él aparece un mapa que aunque es del año 2010, nos muestra qué países son los que más hectáreas destinan a este tipo de cultivos. Las investigaciones de alimentación con arroz transgénico en animales son el paso previo a la introducción de las variedades modificadas genéticamente para la alimentación de seres humanos, la apuesta por la biotecnología o la clonación animal se ha convertido en algo prioritario y urgente, y como sabemos, las prisas no son buenas. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de China Daily.
Foto | Rowan Peter