Esta receta de Pollo con compota de tomate y cornicabra es muy sencilla, pero no deja indiferente a nadie. El valor principal del plato está en la calidad de los dos ingredientes principales, las pechugas de pollo y los tomates, y en la técnica de cocción. En el primer caso es sencilla, una pechuga de pollo cocinada a la plancha, y en el segundo caso hablamos de cómo hacer una salsa de tomate que respete el sabor de esta fruta fresca y que se enaltezca con la adición de un buen aceite de oliva virgen extra, también ofreciendo su sabor natural.
Nosotros hemos elegido un monovarietal de aceituna cornicabra, un aceite de oliva virgen extra que resulta algo dulce, frutado y con notas de manzana y tomate recién recolectado, es perfecto para hacer una salsa de tomate tan fresca y natural como esta compota. Los tomates seleccionados para la compota son los que se han cultivado en el Huerto Bonnatur. Igual conocéis el proyecto de este huerto urbano que crearon en Madrid. Bonnatur de Argal dispuso de un centenar de parcelas en las que cultivaron distintas hortalizas que distribuían a domicilio entre julio y septiembre.
Hemos sido de los afortunados en tener una de estas parcelas, y durante todo el verano hemos podido comer tomates de verdad, naturales y con sabor a tomate. La mayoría los hemos comido en fresco, pero recetas como la compota de tomate que hoy os presentamos también permite saborear la naturaleza de este fruto, ¿cómo?, pues cocinándolo como os comentábamos en el truco de cocina para las salsas de tomate y aceite de oliva virgen extra. Es una salsa ideal para acompañar el pollo a la plancha, pero también para muchos otros platos. Probadla porque os va a gustar.
Ingredientes
- 4 pechugas de pollo
- aceite de oliva virgen extra
- sal fina
- sal Maldon.
Para la compota de tomate y cornicabra
- 500 gramos de tomate maduro (pelado)
- 1/2 c/p de azúcar
- 1 c/p de sal
- 4 hojas de albahaca
- 1 ramita de romero
- c/n de pimienta negra
- 1/2 c/c de pimentón dulce
- 1/2 c/c de siete especias
- 1 c/s de salsa de soja
- 3-4 c/s de aceite de oliva virgen extra variedad cornicabra.
Elaboración
Lava los tomates y córtalos por la mitad, rállalos y ponlos en un cazo con el azúcar y la sal. Pon el cazo al fuego y cuece a fuego medio alto hasta que reduzca a la mitad, mueve de vez en cuando.
Cuando haya reducido a la mitad aún tendrá agua de vegetación, deberá seguir reduciendo, pero es momento de incorporar la albahaca, el romero y las especias. Continúa con la cocción, baja el fuego para continuar con la reducción sin el tomate salpique y que los aromas vayan fusionándose suavemente.
Reduce el tomate hasta obtener una compota, entonces retira el cazo del fuego (y retira la ramita de romero, la albahaca puedes retirarla si lo deseas), añade la salsa de soja y el aceite de oliva virgen extra cornicabra, mezcla bien, la salsa de tomate adquirirá brillo y cuerpo, pruébala por si es necesario rectificar. Reserva.
Pon una sartén con un hilo de aceite de oliva virgen extra a calentar para hacer las pechugas de pollo, como se hacen enteras y son gruesas, conviene poner la temperatura a fuego medio o medio-alto, para que se dore lentamente por fuera y se vaya cocinando el interior. Sala las pechugas de pollo al gusto.
Emplatado
Sirve un cordón grueso de compota de tomate en la base del plato, debe estar caliente, y coloca encima la pechuga de pollo recién hecha. Decora con unas hojas frescas de albahaca, deja caer unas escamas de sal y prepara un buen pan casero para acompañar. ¡Buen provecho!
Abreviaturas
c/s = Cuchara sopera
c/p = Cuchara de postre
c/c = Cuchara de café
c/n = Cantidad necesaria
2 comentarios
Gracias por este recetón, llevaba tiempo buscando algo así para gastar unos tomates que tengo muertos de risa en la nevera 🙂
Gracias a ti Cocinaor, nos alegra que te haya gustado y que nos lo hagas saber 😉