¿Cuántos olores podemos definir?, pueden ser incontables, pero se hace necesaria una clasificación básica igual que la hay para otras modalidades sensoriales, como por ejemplo el gusto. Resultaría una herramienta muy útil para los profesionales de la alimentación y las bebidas, de la botánica, de la cosmética, de la higiene, etc.
Pues esto es lo que han tratado de hacer los investigadores Jason B. Castro (Universidad de Bates, EEUU), Arvind Ramanathan y Chakra Chennubhotla (Universidad de Pittsburgh, EEUU). Por supuesto, no son los primeros en hacerlo, por lo que su clasificación de diez olores básicos no tiene porque ser aceptada.
Se han propuesto muchísimas clasificaciones de los olores, pero hasta ahora ninguna se ha aceptado ampliamente, hay algunas bases de datos (no muchas disponibles públicamente), pero sólo son una representación de la percepción del olor. Los autores del denominado ‘nuevo atlas de los olores’ han utilizado como base de datos la obra de Amdrew Dravnieks ‘Atlas of odor character profiles‘, publicada en el año 1985.
El estudio completo ha sido publicado hace un par de días en Plos One, los investigadores explican que para clasificar los olores en diez categorías mínimas en las que se pueden describir los olores, han utilizado la técnica de Factorización de Matrices no Negativa, que consiste en la descomposición de una matriz cuyos elementos son no negativos en el producto de dos matrices también no negativas.
La base de datos parte de 146 descriptores olfativos que han servido para llegar a al menos diez percepciones olfativas, básicas y aproximadas, a través de la matemática y la estadística, las categorías de olores descritas son:
Fragancia floral, leñoso o resinoso, frutal (no cítrico), cítrico, olor químico, mentolado o refrescante, dulce, quemado o ahumado, y dos tipos de hedores nauseabundos: descompuesto y rancio.
Todavía queda mucho trabajo por delante, los autores de la investigación saben que aún no se puede predecir un olor en base a su estructura química, pero esperan lograrlo. Declaran también que con estas diez categorías se puede empezar a construir olores, conociendo además que se reflejan características que percibe el individuo, como si es un alimento, algo peligroso, etc.
Si os interesa el tema, os recomendamos la lectura de otra investigación publicada en 2006 en Chemical Senses, y que estuvo dirigida por Manuel Zarzo, profesor de la Universidad Politécnica de Valencia.
Foto | Tatinauk
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Otra lectura recomendada, aunque no en la línea de los olores si no en la de los sabores, es el Flavor Thesaurus de Niki Segnit.
Es una guía extensa de ingredientes con sus características y combinaciones que puede ser muy útil para el cocinero creativo.