Quedan pocos días para que se celebre la votación en la que se decidirá si se aprueba o no la Proposición 37, reglamentación que obligará a la industria alimentaria de California a etiquetar los alimentos que contengan ingredientes transgénicos. Las campañas iniciadas a favor y en contra de la propuesta incrementan su actividad intentando captar a los indecisos, se interpreta la reglamentación según los intereses de cada bando. Hemos hablado de varias cuestiones que giran en torno a la nueva propuesta, pero nos quedaba pendiente hablar sobre la descriptiva ‘natural’. Según los opositores a la nueva ley, la Proposición 37 acabará con el uso del término ‘natural’ en los alimentos, es decir, no se podrá utilizar en ningún alimento procesado, incluso aunque no tenga ingredientes transgénicos.
Según el texto de la reglamentación, la definición de alimento procesado comprende aquellos productos obtenidos a partir de materias primas agrícolas que se han sometido a diferentes tratamientos, molienda, fermentación, congelación, cocción, enlatado, etc. Esto obligaría a que alimentos como pueden ser las almendras saladas o el puré de manzanas enlatado, no puedan lucir en su etiqueta el término ‘natural’, a pesar de que no sean alimentos modificados genéticamente. Por tanto serían cientos de productos los que no podrían definirse como alimentos naturales al haber sido sometidos a alguno de los procesos mencionados.
Al respecto, sería interesante recordar que la FDA (Food and Drug Administration) no había definido el término natural y aceptaba que se utilizara en los alimentos transgénicos, la FDA consideraba que un alimento modificado genéticamente es seguro cuando es significativamente equivalente en composición y características nutricionales a un alimento tradicional (equivalencia sustancial), es decir, que son iguales, de ahí que algunos alimentos transgénicos se etiquetaran como alimentos naturales. Nosotros entendemos que en el caso de los alimentos modificados genéticamente tiene sentido la reclamación de no utilizar la descriptiva natural, pero en alimentos naturales que han sido sometidos a determinados procesos como la cocción, ¿cómo deberían designarse?.
John Shaw, director ejecutivo de Natural Products Association (Asociación de Productos Naturales), está a favor de que los consumidores conozcan la composición de los alimentos que adquieren, sin embargo, no está de acuerdo con el punto que alude al término natural y por ello, curiosamente, se opone a la Proposición 37. En teoría esta reglamentación debería arrojar luz y transparencia sobre los alimentos que contienen ingredientes modificados genéticamente, pero no tendría por qué afectar a aquellos alimentos que sólo se someten a diferentes procesos como antes hemos mencionado, de hecho, incluso los alimentos frescos que han sufrido leves procesos de transformación no se podrían etiquetar como naturales. Ciertamente no tiene mucho sentido, la percepción de los consumidores con respecto a los alimentos cambiaría, no es extraño por tanto que se incremente la controversia y que personas y asociaciones que en principio están a favor de la Proposición 37, terminen votando contra ella.
Algunos fabricantes de alimentos argumentan que se trata de una disposición que va mucho más allá de exigir el etiquetado transgénico, su alcance podría hacer que cualquier alimento que sufra un tipo de procesado, no pueda contener en su etiqueta la descriptiva ‘natural’. Por esta regla de tres, un pequeño productor de cerezas recolecta su producción y elabora mermelada casera para su comercialización, sin aditivos, conservantes, etc., no va a poder etiquetar su mermelada con la descriptiva natural o elaborada con ingredientes naturales. Por esta y otras razones, la Proposición 37 podría fracasar, parece que el texto no está bien redactado y se interpreta de diferentes formas, alejándose de su cometido inicial, que se identifique qué alimentos contienen transgénicos.
Por ello, una asociación que respalda la Proposición 37, o mejor dicho, el derecho a saber de los consumidores, va a votar en contra porque puede provocar numerosos problemas a quienes no utilizan ingredientes modificados genéticamente. Si se aprueba y entra en vigor en el 2014, se verá afectada toda la cadena de suministro, productores, fabricantes de ingredientes y alimentos, mayoristas, minoristas, deberán eliminar toda referencia a «natural» cuando se utilicen procesos como la cocción, la deshidratación, la fermentación, la molienda, el ahumado… a cada eslabón de la cadena agroalimentaria la Proposición 37 afectará de una manera distinta, algunos tendrán más responsabilidad que otros. En el caso de los supermercados, por ejemplo, deberán asegurarse de que los alimentos que comercializan están correctamente etiquetados y contar con la documentación oportuna que certifique el tipo de etiquetado. Si hablamos de proveedores, lo mismo, serán responsables de que sus productos estén perfectamente etiquetados, tendrán un plazo relativamente corto para cambiar todas las etiquetas de los productos que se destinen a California, o elaborar nuevos alimentos con una etiqueta específica para el mencionado estado.
No es extraño que incluso asociaciones como la citada terminen cambiando de postura, la nueva reglamentación les traería más problemas que beneficios (al menos eso pretenden hacer creer), por otro lado hay que recordar que si la norma sale adelante, podría sentar precedente para que se instaurara en todo el país. El haber incluido el uso del término natural en la nueva reglamentación podría ser un error, a fin de cuentas, de lo que se trata es de identificar a los alimentos que contienen ingredientes transgénicos, nada más. Para otros procesos se puede desarrollar otra reglamentación, os recomendamos acceder al artículo de Natural Products Association para comprender mejor el problema, no tiene desperdicio y nos muestra algunas de las razones que se argumentan contra la Proposición 37.
Foto | Camy west
2 comentarios
Es asombroso ver tantos mitos reproducidos continuamente. La Proposición 37 se dirige únicamente a los alimentos transgénicos y no afectará a los alimentos procesados si estos no contienen transgénicos. La primera declaración de la proposición lo deja muy claro: “Los consumidores de California tienen derecho a saber si los alimentos que han comprado fueron producidos mediante la ingeniería genética.” Éste es el propósito de la ley. Prohibe el uso de la palabra «natural» solamente en el etiquetado de alimentos producidos mediante la ingeniería genética.
La mayoría de los transgénicos en los Estados Unidos se encuentran en los alimentos procesados; por eso, la responsabilidad por etiquetar será mayormente de compañías de alimentos–no de supermercados–y se espera que cumplirán con el requisito al igual que cumplen con requisitos de indicar los ingredientes de los alimentos y su contenido nutricional. Es simple. Si el alimento es transgénico, llevará etiqueta para que el consumidor lo sepa. Si no es transgénico, no llevará dicha etiqueta.
La oposición a 37 es impulsada por las compañías agroquímicas que producen a las semillas transgénicas y relacionados herbicidas y pesticidas–y también responsables por asegurarnos que otros de sus productos, como el Agente Naranja, el DDT y los PCBs, eran seguros. Les preocupa perder negocio y por eso son los mayores contribuyentes a la campaña en contra a la 37, que ahora lleva más de $40 millones. Así han bombardeado a los medios con información engañosa y en algunos casos totalmente deshonesta en cuanto a la Proposición 37 en un intento de confundir algo extremadamente simple. Tenemos derecho a decidir como nos alimentamos, y para hacerlo, tenemos derecho a saber que hay en la comida.
Yo opino que los alimentos transgénicos no pueden ser para nada iguales en propiedades y características a los NATURALES y de AGRICULTURA Y PRODUCCIÓN ECOLÓGICA.
Aunque hoy en día haya un gran debate sobre estos productos por ser dudosos en cuanto a que su cultivo sea de tal forma, yo personalmente lo he comprobado y los prefiero porque cuando le das un bocado a un tomate o asas una calabaza te recuerda a la infancia por la cantidad de sabor y olor que tienen.
Los alimentos transgénicos están modificados genéticamente para que tengan, de cara al público, una mejor pinta y aspecto. En cuanto a la producción, para que sea mayor.
Por lo tanto, sin duda opino que un alimento cuanto menos procesado esté y cuanto menos manipulado es mucho más sano y las propiedades que nos aportan son mucho mayores. sin duda.
Un saludo