Es interesante saber cómo cocinar berenjenas sin grasas, pues como sabemos, es uno de los vegetales que por su estructura, tiene el poder de absorber el aceite o la grasa en la que se cocine, cosa que no interesa en una dieta en la que se controle la ingesta de grasas. Precisamente, siendo un vegetal tan saludable y bajo en calorías, podemos convertirlo en todo lo contrario según cómo lo cocinemos.
Cuando decimos cómo cocinar berenjenas sin grasas, nos referimos a evitar que el aceite o la grasa utilizada para cocinarlas, sea absorbido por las berenjenas. Las berenjenas tienen una carne esponjosa, esta carne está llena de bolsas de aire muy pequeñas que al cocinarlas tienden a absorber las grasas (cómo haría una esponja en el agua), tanto, que incluso llegan a dejar la sartén seca si se trata de un sofrito.
Al cocinar las berenjenas se encogen, se cierran las bolsitas de aire, así que para evitar que absorban las grasas del guiso o de la fritura, una buena solución es precocinarlas sin ningún aderezo. A día de hoy lo más práctico podría ser el microondas, el horno también, pero quizá no es la mejor alternativa por el consumo energético y el tiempo que necesita colapsar la estructura cavernosa de la berenjena.
Una vez que tenemos ligeramente cocinadas las berenjenas, tanto cortadas en dados, en rodajas o abiertas por la mitad, se procede a realizar la receta de berenjena deseada sin que el resultado sea un plato grasiento.
Otra forma de preparar las berenjenas antes de cocinarlas (y que todos solemos hacer) con la excusa de que se pierda el amargor, es salarlas y dejarlas reposar para que salga el agua a la superficie. Estas gotitas de agua hay que secarlas bien, esto ayuda a que las bolsitas de aire se cierren y (en teoría) a que durante la cocción no absorban tanta grasa.
Con este procedimiento se logra también una textura más densa de la carne de las berenjenas, igual si se van a hacer al horno para un Baba Ganoush o una escalibada, como si se van a freír para una Mellanzane alla parmigiana u otra elaboración.
Foto | Robyn Gallagher